GISELLE
“La obra
Giselle de Alive Ballet triunfa en La Robla”
La Nueva Crónica
“El Alive
Ballet llena la Casa de Cultura con Giselle”
El Diario de León
“Una estupenda
puesta en escena y una coreografía muy cuidada”
La Nueva Crónica
Considerado la joya del
ballet romántico, esta historia cautiva con un
alegre primer acto con enorme carga dramática y un
fascinante segundo acto que demuestra que, a fin de
cuentas, lo único que perdura para siempre es el
amor.
Música: Adolphe Adam.
Coreografía: Marius Petipa sobre la original de Jean
Coralli y Jules Perrot con añadidos de Peter Wright.
Duración: 1 h 10 min.
Acto I: 22 min. | Descanso: 10 min. | Acto II: 32
min.
SINOPSIS
PRIMER ACTO
Durante las fiestas de la cosecha de una aldea
medieval, el duque Albrecht conoce a Giselle, una
hermosa e inocente campesina que, desconociendo la
posición social de él, se enamora a primera vista.
Los aldeanos están bailando, riendo y disfrutando
junto a la pareja cuando aparece la duquesa Bathilde.
Los jóvenes dan la bienvenida a la recién llegada y
se ofrecen a llamar a Giselle, que la saluda y baila
para ella. En señal de agradecimiento, Bathilde le
regala su collar, presente que Giselle recibe con
gran entusiasmo. En ese momento llega Albrecht y,
tras una pequeña discusión, Giselle se da cuenta de
que los duques están prometidos en matrimonio.
Al comprender el engaño, Giselle cae en la locura y
delira recordando su apasionada relación, para
finalmente morir ante un Albrecht atónito y
desesperado.
SEGUNDO ACTO
De noche, en un claro del bosque. La atmósfera
musical ha cambiado: el júbilo del primer acto ha
dado paso a la melancolía.
Las Wilis, espectros de doncellas que murieron
despechadas, vestidas de novia y lideradas por su
reina Myrtha, obligan a cualquier hombre que pise
sus dominios a bailar hasta matarlo de agotamiento.
En una ceremonia, incorporan a Giselle a la
hermandad.
Se escuchan pasos y las Wilis desaparecen. Es
Albrecht, que viene al sepulcro de Giselle a
suplicar su perdón. El duque está sinceramente
arrepentido: el engaño se le fue de las manos, pero
nunca consideró a la campesina una simple diversión;
la amaba profundamente. Ella, conmovida, cobra forma
y le pide que abandone el bosque antes de que las
Wilis acaben con él. Pero ya es tarde: la implacable
Myrtha ordena un ataque.
En el último momento, Albrecht se salva gracias a la
fuerza del amor de Giselle, que baila a su lado y,
con su aliento, lo ayuda a resistir hasta el
amanecer, cuando las Wilis pierden su poder.